martes, 23 de junio de 2015

TERATOGENESIS.

Teratogénesis.



Definición.-

La palabra teratogénesis viene del griego “teratos” que significa “monstruo” y “génesis” que significa “origen  o generación”.
Entonces podemos decir analizando que Teratogénesis es una alteración morfológica que es inducida durante el  embarazo y puede ser detectada durante la gestación, en el nacimiento o con posterioridad a ellos.

*En la antigüedad se creía que Cuando una  mujer daba a luz a un niño con una  mal formación (teratogénesis) era por la razón de que había hecho pactos con demoni0s o simplemente otros espiritrus.*






*¿Por qué se da la Teratogénesis?


Podemos decir que la teratogénesis se da debido a que el embrión se expone a distintos factores o agentes teratógenos.

Sabemos que en el desarrollo intrauterino es la etapa más susceptible ya que depende mucho de  una interacción genética y del ambiente en que este se desarrolla.
Los agentes o factores teratógenos pueden actuar directamente en células y en tejidos de desarrollo iniciando una embriogénesis anormal.



*¿Qué son Agentes teratógenos?

Un agente teratógeno es aquel capaz de provocar una malformación congénita, una malformación física en algún órgano, con la que el niño va a nacer. Esta definición nos debe llevar a pensar que el efecto del agente teratógeno que puede llevar a la malformación del órgano, se tiene que producir durante la formación de ese órgano. Una vez ya formado el órgano, éste podrá enfermar e incluso dejar de funcionar, pero no se malformará si ya está formado. Dentro del desarrollo intrauterino, la etapa de formación de órganos por excelencia es el periodo embrionario. Dentro de él se inicia la formación de los distintos órganos y suelen concluir sus etapas de máxima susceptibilidad a la malformación. Antes del periodo embrionario, la actuación de posibles agentes del ambiente con capacidad para influir en el embarazo llevaría a la interrupción de ese embarazo (aborto espontáneo). De ahí que la etapa de Blastocito sea entendida como una etapa en la que impera una cierta ley del “todo o nada”: o todo marcha bien en la gestación del nuevo ser, o se elimina de forma precoz cualquier Blastocito que pudiera llegar a ser un embrión o feto inviable. Después del periodo embrionario, durante el periodo fetal, los órganos ya están lo suficientemente formados como para que el agente ambiental ya no sea capaz de malformarlos. Eso no quiere decir que dicho agente ambiental no pueda ser peligroso: efectivamente podrá provocar el mal funcionamiento de uno o varios órganos, pudiendo llegar incluso a provocar el fallecimiento del feto en casos extremos, todo lo que podríamos englobar bajo el concepto de patología fetal, pero nunca malformará un órgano que ya está formado.



*Etapas en la que no se puede producir mal formaciones congénitas.-

El desarrollo intrauterino se divide en varias etapas o periodos con características diferentes. Tras la fecundación de los gametos y hasta la tercera semana de gestación hablamos del periodo de blástula o blastocito. Durante este periodo se produce la división del cigoto, la implantación y anidación del Blastocito en la pared uterina, para asegurar la nutrición del nuevo ser que habrá de desarrollarse, y se suceden las primeras etapas del embrión bilaminar hasta llegar al cierre, por ejemplo, del tubo neural. En esta etapa, la susceptibilidad a los agentes teratógenos es muy amplia; pero también es una etapa donde los mecanismos de selección del producto sano son altamente selectivos. Todo ello lleva a que sea una etapa donde impera una cierta ley del “todo o nada”, dándose en ella la máxima incidencia de abortos espontáneos. No obstante, también es en la etapa de Blastocito cuando se pueden producir las grandes malformaciones como los siameses, las anencefalias (falta de desarrollo de la bóveda craneal) o los disrafismos espinales (espinas bífidas). También al principio de esta etapa, precisamente en las primeras divisiones mitóticas del cigoto, es cuando se pueden producir organismos con dotaciones cromosómicas en mosaico. A partir de la tercera semana de gestación y hasta la doceava inclusive, hablamos de periodo embrionario. Es un periodo claramente marcado por el inicio de la formación de los distintos órganos, muchos de los cuales acaban incluso su desarrollo dentro de este periodo embrionario. En esta etapa embrionaria, los órganos en formación resultan máximamente sensibles a la malformación, en el caso de que incidan sobre ellos agentes ambientales o génicos que afecten al proceso de organogénesis. Por ello es en este periodo embrionario y, en todo caso, al final del periodo de blástula, cuando se producen las anomalías morfológicas mayores o malformaciones congénitas más importantes. A partir de la tercera semana de gestación entramos en el periodo fetal. La formación de la mayoría de los órganos ya ha acabado en este periodo, por lo que la incidencia de malformaciones va a ser muy reducida (en todo caso sólo anomalías morfológicas menores) aunque las influencias negativas que desde el ambiente externo o desde factores génicos lleguen al feto pueden provocar defectos fisiológicos (patología fetal)
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